Por primera vez en el mundo, científicos y cirujanos mexicanos han logrado desarrollar tejido vaginal con ingeniería de tejido para generar el órgano sexual e implantarlo, permitiendo que jovencitas que carecían de este órgano a consecuencia de un síndrome congénito, retomaran su vida normal. Este avance también podrá emplearse en mujeres que pierden su vagina por algún otro padecimiento como el cáncer.
La investigación encabezado por las doctoras Atlántida Raya, del Hospital Infantil de México Federico Gómez, y por Esther López-Bayghen, del departamento de Genética y Biología Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) quienes tras varios años de análisis finalmente lograron que cuatro jovencitas se convirtieran en las primeras pacientes en recibir el órgano.
De acuerdo con las especialistas, se ha demostrado que el procedimiento no tiene riesgos de rechazo inmunológico porque los órganos se desarrollaron con células de las propias pacientes, que es muy parecido al tejido normal, y restituye sus funciones orgánicas y sexuales; además, en teoría, no se debería alteradar su vida reproductiva y su capacidad para embarazarse, señalaron.
“Los resultados que presentamos son parte de un trabajo de muchos años, porque además tuvimos que esperar la maduración sexual de las pacientes, porque es un órgano que no sólo sirve para menstruar, sino también para la actividad sexual”, manifestó la investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
Para la ingeniería de tejido, inicialmente se toman células epiteliales y musculares de las propias pacientes a partir de tejido vulvar, que se “crecen” en el laboratorio mediante una especie de templete o base de forma tubular, para dar tridimensionalidad al órgano. Una vez que se ha formado esta estructura, alrededor de una semana después de la siembra celular, se lleva a cabo la intervención quirúrgica, a cargo de la doctora Raya Rivera. De acuerdo con el estudio, una serie de resonancias magnéticas y ultrasonidos mostraron la normalidad del neo-tejido.
Para este tipo de reintegración, apuntó López-Bayghen, se requiere un órgano con elasticidad, humectación y capaz de contraerse, características con las que no cuentan los tratamientos actuales.
En el procedimiento tradicional se empleaba un segmento intestinal para sustituir la cavidad, aunque eran cirugías riesgosas que colocaban un tejido muy distinto al de la vagina. Esa solución no había sido modificada desde hace 100 años. “Pero ahora tenemos una mejor técnica, con tejido muy similar y que restituye a las pacientes la funcionalidad del órgano”, dijo Atlántida Raya. El tratamiento ya está disponible de forma regular en el hospital de la Secretaría de Salud, y ahora se planea transferir al hospital ABC. Actualmente, este procedimiento es el único que resuelve de manera definitiva la aplasia vaginal.
Los resultados de la investigación validan la tecnología que las investigadoras mexicanas han desarrollado desde hace una década para fabricar inicialmente uretras, y que ahora está disponible para generar órganos más complejos, como la vagina.
Para el estudio, los científicos siguieron el caso de cuatro pacientes de entre 13 y 18 años (las científicas puntualizaron que el mejor periodo para llevar a cabo el procedimiento es en la adolescencia) con aplasia vaginal por síndrome Rokitansky, un padecimiento congénito. Las jóvenes fueron diagnosticadas después de no haber tenido su primera menstruación o por dolores abdominales intensos, a causa de que no tenían salida para el sangrado, en el caso de aquellas que sí tienen útero.
El siguiente paso en el desarrollo de estas investigaciones será generar un útero con estas técnicas, procedimiento que ya se ha probado eficazmente en modelos animales por investigaciones de Anthony Atala, director del Instituto de Medicina Regenerativa Wake Forest, en EU, y con quien las científicas han colaborado y bajo cuyos resultados se han basado para la generación de tejido vaginal.