Estudios recientes han demostrado que las mujeres fumadoras en el periodo de posmenopausia aumentan de peso. El cigarro, además de todas las consecuencias negativas que ya le conocemos, también genera aumento en el diámetro de la cintura.
Fumar produce un importante aumento de peso específicamente en la zona abdominal. Las razones las encontramos en la diferencia en estrógenos que genera el tabaco, provocando una serie de alteraciones que van mucho más allá de un tema estético, de un aumento de peso y de grasa abdominal.
Algunos de los cambios que se presentan por fumar en la etapa déla menopausia son: riesgo de osteoporosis, menopausia temprana, aumento del vello y reducción de menstruaciones, entre otras. Para mujeres en etapa fértil el fumar frecuentemente está directamente vinculado con la infertilidad, debido a la toxicidad que el cigarrillo provoca en los ovarios, dada su nicotina.
Es conveniente dejar el cigarrillo como consejo principal, pero para aquellas más reacias a hacerlo, hay algunos consejos que podemos tener en cuenta si no queremos sufrir estas consecuencias.
Uno de ellos es consumir mucho calcio, importante para combatir la posibilidad de padecer osteoporosis, algo que a lo que las fumadoras en etapa posmenopáusica son más propensas.