Estos son algunos detalles sobre los infartos que en un momento dado pueden salvarte la vida, los dio a conocer Rodolfo Parra Michel, jefe de la Unidad de Cuidados Coronarios del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco.
~ En caso de dolor y opresión en el pecho se debe acudir a un hospital cuanto antes, pues puede tratarse de un infarto.
~ Durante un infarto el paciente tiene dolor de pecho, con sensación de falta de aire que se incrementa al esfuerzo y que disminuye con el reposo.
~ Esta manifestación de dolor persistente sugiere una angina de pecho, cuyo origen es la obstrucción de arterias coronarias, diagnóstico médico dado a estos pacientes que pueden o no terminar en paro cardiaco.
~ Es un mito el pensar que “el corazón no duele”, excepto en los casos en que la afectación cardiaca puede ser silenciosa debido a que el paciente es diabético y no tiene sensibilidad sensorial para percibir el dolor y opresión constante que le aqueja.
~ Cuando un infarto cardiaco se está gestando, suele avisar, incluso si el dolor de pecho y dificultad respiratoria se controló con medicamentos o si fue pasajero, el evento no debe tomarse a la ligera y debe considerarse como una señal de que el paciente está muy propenso a un infarto en corto o mediano plazo.
~ Una persona que ha presentado un infarto cardiaco previamente, tiene hasta el doble de riesgo de volver a sufrir un paro al corazón que alguien que no ha sufrido un evento de este tipo en su vida.
~ En algunos casos el infarto cardíaco puede producir muerte súbita, sin la posibilidad de que el paciente reciba algún tratamiento.
~ Las enfermedades del corazón son las primeras causas de muerte en el mundo y en el país.
~ Los principales factores de riesgo, son: diabetes, hipertensión, dislipidemia, tabaquismo y la propia edad, dado que la mayoría de los infartos ocurren en personas mayores de 40 años, no obstante hay casos de personas más jóvenes ocasionados por diabetes, malformaciones congénitas o uso de cocaína.
~ El estrés constante o excesivo no desencadena por sí solo un paro al corazón, pero puede ser un detonante o disparador del evento.