Siendo mujeres y aún en estos tiempos, cargamos con tantas cosas; cosas tan banales como cubrir un estereotipo, una forma de cuerpo, de pensar, de actuar que a lo largo del tiempo solo nos cansa y desgasta no sólo mental sino también físicamente.
Y también va lastimando el amor a nosotras mismas, porque solo nos enfocamos en cubrir esos estereotipos, esas formas y es así como poco a poco vamos dejando nuestra esencia a un lado, para convertirnos en una versión tan alejada de lo que verdaderamente somos.
Qué agotador, ¿no te parece?
He aprendido en este tiempo de introspección que me he regalo, que lo más importante es tener paz, con lo que tengo, con quienes están a mi lado, con quien me acepta y respeta tal cual soy, cumpliendo metas propias, no las de los demás o los que dicta una “sociedad”.
Hoy quiero platicarte de algunas herramientas que me ayudan en esos días donde me siento bajoneada por todo o por alguna situación o persona en particular.
Tengamos claro que días malos existen y seguirán existiendo, pero está en cada una de nosotras empezar a verlos desde un nuevo lado, un foco diferente.
Y te preguntarás ¿para qué? o ¿qué relación con el amor propio?
Saber quienes somos, valorarnos y aceptarnos tal cual, suena fácil pero aplicarlo llega a ser tan difícil y ni hablar de cerrar ciclos; esto poco a poco va dañando el amor a nosotras mismas y casi sin notarlo vamos desvalorizando lo que somos.
Por eso, cuando te sientas bajoneada, triste, enojada contigo, practica los siguientes ejercicios, ¡ojo! no puedo prometerte que se resolverá todo como lo imaginas, pero sí, que al practicarlos estarás demostrándote el amor tan grande que te tienes.
Ejercicios.
- Háblate frente al espejo y repite todo lo que te guste de ti.
- Escribe una carta donde te perdones por todo y después rómpela o quémala. Esto te ayuda a liberar y así estar lista para iniciar un nuevo capítulo en tu vida.
- Escribe en un cuaderno las cosas que lograste en este año o en un período no mayor a 12 meses.
- Agradece todo eso que has aprendido y logrado.
- Y por último pero no menos importante, despídete; de esa persona amada, de esa situación agradable o desagradable, de lo que sea, hazlo siempre desde la gratitud, desde tu paz interior, no desde el rencor.
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¡nos vemos muy pronto!