¿Te ha pasado que sientes que los demás avanzan y por más que quieres alcanzarlos no llegas?
A mi también.
Y debo confesar que es una de las sensaciones más espeluznantes que he sentido. A veces solo estamos pendientes de las carreras de los demás, si ya se casó, si ya tiene hijos, si terminó la tercera maestría, si es exitosa en su trabajo, si ya viajó a equis lugar, en fin, todos estos cuestionamientos solo nos llevan a compararnos y el resultado por lo general es decepcionante.
Estas comparaciones nos lleva a pensar que los demás ya tienen la vida resuelta, que fue muy fácil llegar a ese punto y cuestionarnos ¿por qué yo no?
Hoy quiero que seamos más empáticas con nosotras mismas y también con nuestro entorno, recordemos que las apariencias engañan, que cada quien esta peleando batallas de las que ni siquiera podemos imaginarnos y que el día a día de cada persona puede ser mucho más complicado de lo que podríamos imaginar.
Tener esto presente ayuda a frenar las comparaciones con los que nos rodean, recordar que esto no es una carrera y gana quien llegue primero, al contrario, amemos cada paso que damos, cada logro alcanzado en nuestros tiempos, no los tiempos de alguien más, abracemos nuestros procesos, no importa si son más rápidos o más lentos.
No importa si tu familia o amigos van más adelante o atrás, cada quien tiene su propio ritmo, sus propias metas y sus propios pasos a dar.
No te midas a partir del camino ajeno.
Si te gustó esta información por favor, compártela.
Recuerda que también me puedes encontrar en instagram como @_lorenamaldonado y en twitter @LMaldonado_F
¡nos vemos muy pronto!